En la Oficina donde trabajo
Hay una máquina de café
Es de aluminio prolijo
Creo que es de Milano o de Taufers
No estoy seguro
De lo que sí estoy seguro
Es que hace expresos, americanos,
y Macchiatos, y que de verdad la amo
A veces me quedo viendola
En silencio mientras ella trabaja
Hace un ruido placentero
«Grrrrrr puffff shhhhhh»
Nunca falla, parece más Suiza que Italiana
Pero ayer se dañó
Alguien intento meterle el pene
Según Tete fue el señor Márquez
Pero aún no se sabe
Ahora todos bebemos té
Nada nos saca de nuestra tristeza
Es por eso que escribí este poema
y decidí enviarlo al concursó de poemas de un blog de literatura Latinoamericana
Un tal Rodríguez me respondió luego de una semana
«Señor Raúl por favor busque otra profesión, no escriba más poemas, nunca había leído algo tan absurdo»
El concurso estaba dirigido a poemas sobre la vida y lo ganó una gorda
(ví su foto en la sección de ganadores)
llamada Malala Guzmán de 62 años que escribió un poema sobre cuando conoció a
Chayanne.