Siempre quise ser como tu, siempre. Fuiste mi ídolo, mi modelo a seguir, mi Cobain, mi Dylan, mi Baudelaire, mi Calamaro, mi Cohen, mi Sabato, mi Borges, mi Jordan, eras tan buen deportista y a la vez tan buen escritor, solo he conocido a una persona que tenga el don del deporte y del arte; esa persona eres tu hermano. Cuando recibías el balón cerca de la zona del aro con una marca asidua y feroz de tus rivales, tu simplemente amagabas hacia un lado y girabas al lado contrario dando esa media vuelta rápida y con un salto de 75 grados de inclinación hacia atrás lanzabas el balón tan imposible para el rival bloquearlo, ya cuando el balón salía de tus manos todo el mundo sabía que iba para adentro, nadie esperaba el rebote. Tu no saltabas tú flotabas, durabas varios segundos suspendido en el aire hasta que tus muñecas se movían en dirección al aro soltando el balón tan elegante como un jugador de la NBA. Así como jugabas al basketball escribías, tus poemas y relatos eran una mezcla de realismo sucio con realismo mágico, retratabas sutilmente lo mágico y trágico de Sudamérica, nuestra realidad, nuestra historia, nuestra fe en milagros, nuestra alegría que tapa nuestra tristeza hasta ahogarla, tu siempre decías que nuestro bochinche había sido nuestra maldición eterna y que era imposible desligarnos de él, un loop venenoso. Tu excelente don de la escritura te valió para ganar varios concursos de alto prestigio, catapultándote rápidamente a la fama dentro del mundillo intelectual Venezolano, te compararon con Rafel Cardenas y con Federico Vega y te nombraron el salvador de la literatura Venezolana.

Fue esa fama la que te cegó, la que te alejó de la realidad, del verdadero Marcos, te creíste más que los demás, veías por encima de tu hombro al resto. Te autoproclamaste intelectual y todos los idiotas del mundillo te empezaron a llamar así, al principio yo te veía como tal pero al pasar el tiempo te empecé a ver como un ególatra enamorado de todo lo que brilla, te vendiste por unos cuantos dólares, tus proyectos fueron prostitutas del régimen, aunque ya a lo ultimo no tanto pero ya era muy tarde, muy tarde para todo. Tenía años sin saber de ti, hasta hace unos meses atrás hablamos e hicimos las paces, me dijiste que ya veías todo con nuevos ojos, aunque yo no te dije nada, en el fondo sabía que tú siempre estuviste al tanto del juego que jugabas siendo el dinero lo más importante para tí.

Recuerdo cuando te dijeron que tu libro de poemas «Canciones para quemar» iba a ser publicado, viniste corriendo a mi habitación para contármelo, nunca te había visto tan feliz, tu cara era un sol de verano; brillante, yo te dije que no esperaras mucho dinero porque sabía que era una editorial muy pequeña, me dijiste «el dinero no me importa y nunca me importará, siempre he querido ser escritor». Luego bajaste a la cocina donde estaba nuestra madre cocinando el almuerzo para contárselo, ella se puso muy contenta y la escuche felicitarte, y a la noche cuando llegó nuestro padre se puso muy orgulloso al enterarse, te dio un fuerte abrazo y te dijo «Mi Arturo Uslar Pietri».

Aquí son las 4 de la madrugada, no puedo dormir, ya he parado de llorar pero sigo con un dolor en el alma, vuelvo a escuchar en mi mente las palabras de mi madre de hace dos horas “Mataron a tu hermano” una y otra vez, que dolor tan fuerte, a pesar de nuestras diferencias, fuiste mi hermano mayor mi ídolo, y ahora eres un asesinado, saldrás en los periódicos, en las redes sociales, tus fans llorarán, pero luego todo seguirá andando, esto no se para, pero para mi algo se muere adentro, para mi mama para mi papá también. Estoy seguro que fue el régimen, para esos malditos la vida no vale nada, todo es una partida de ajedrez, cada movimiento que realizan es para defender su poder, su trono, su narcodictadura. Empiezo a llorar de nuevo, esta vez de ira, de impotencia, no puedo creer que te hayan asesinado como un perro Marcos, ¿Qué escribiste? reviso tu periódico, no encuentro nada en contra del régimen, sigo buscando por toda la web; no encuentro nada, pregunto en el grupo de WhatsApp de la familia si saben algo más, nadie sabe qué ha pasado, lo único que saben es que un vecino ha encontrado la puerta de tu apartamento abierta y al asomarse se percató de tu cuerpo ensangrentado en el suelo, como un perro Marcos, como un maldito perro callejero, maldito país donde la vida no vale nada, algo adentro de mi me dice que van a capturar al hijo de puta que hizo esto.

Al rato me llega un mensaje de Jose Arquidia, socio y amigo de toda la vida de Marcos, me dice que gracias a la cámara de seguridad y al vigilante ya tienen a un sospechoso, y que al parecer se trata de una venganza o algo así porque no han robado nada, el apartamento está intacto. Le digo que por favor me mantenga al tanto, que estaré despierto.

Afuera cae una tormenta de esas que hacen pensar que es el último día del mundo, los árboles se mueven bruscamente, creo que es la rabia de dios o mi rabia ante esta impotencia, ante esta injusticia. Llamo a mis padres, y les pido que estén tranquilos, que la justicia divina se encargará de hacer justicia, que el asesino de Marcos será capturado y pagará por todo lo que ha hecho, que en estos momentos se entreguen a la fe de dios y traten de calmarse. Ya están viejos, y me preocupan, no tengo mucho que decir; las palabras se me trancan en la garganta y mi cabeza no funciona, me duele que no pueda estar allá, debido al coronavirus todas las fronteras están cerradas, cuelgo y me lanzo a llorar aun mas, maldita impotencia.

4:35 de la madrugada Copenhague – 22:35 Caracas, me dirigió a la sala donde se encuentran mis libros, cojo el primer poemario de Marcos – Canciones para quemar, lo abro al azar y empiezo a leer un poema:

Un poema para la nostalgia

Un poema que rima
son palabras que sostienen flores
Instantes desnudos sobre la arritmia
de la cristiandad y sus lecciones
de la resistencia al eco
del viento frente al espejo
que mira su subconsciente
y que susurra en tu oído
o en tu odio
o en el ojo inocente que dibuja
un espectro detrás de la oscuridad
que desmelena una sirena ahogada
o un pájaro sin alas
ni esperanzas
ni plumas verdes o azules
¿Que serán de las sutiles caricias de ficciones?
Anciano nos volveremos a ver
porque de niño soñé con el enigma
de los ministerios de la muerte
y sus carceleros que solo obedecen
directrices transparentes
que todos niegan
y que los pintores deliran
sin caprichos ni resignaciones
El alma se irá sin rima
y el poema no servirá de nada

Al empezar el siguiente poema me percato que me ha llegado un mensaje de WhatsApp, es Jose, me dice que el asesino se ha entregado y que ha confesado todo. Resulta que el asesino es el padre de una chica menor de edad que Marcos acosaba y forzaba a tener relaciones sexuales, la chica quería ser escritora y Marcos ejercía como tutor. A parte de todo esto la policía ha encontrado pornografía infantil en el teléfono de Marcos.

¿Que coño has hecho Marcos?.

Arturo Izaguirre